La salida puede parecer el final de un ciclo, pero siguiendo el orden natural de la vida, la salida también es el comienzo de un nuevo camino, una nueva etapa, una transformación.

A través de esta instalación artística buscó trasmitir conciencia ecológica y social: todo lo que se tira a la basura se puede reciclar, es decir, transformar, para darle una nueva vida útil al material.

En este proceso de transformación intervienen varios actores, desde el individuo que fabrica un producto y luego toma conciencia de los desperdicios que genera y piensa cómo encontrar una solución, pasando por las cooperativas de reciclado en las que reciclar significa encontrar una salida laboral, así también las diferentes ramas del arte se unen para trasmitir un mismo mensaje:
la basura no existe, es el comienzo de una nueva vida.

La instalación está dividida en tres partes: la primera y la tercera tejida con una trama de red blanca con círculos de totora, medias y círculos espejados y un cielo raso hecho en cable gris. La segunda tejida en cables y totoras blancas con una lámpara colgante central tejida en cable con caireles de chapa.